Mis manos

Conocéis mis pies pero no mis manos.


Son manos de mujer madura,
dedos largos, piel blanca,
uñas cuidadas pero no largas ni pintadas.
Sólo llevo un anillo en cada mano,
nada de pulseras y
un reloj en la muñeca izquierda.



Son manos que cogen pero no aprisionan,
tocan pero no se aferran,
acarician pero no azotan,
pellizcan pero con deseo,
se mueven al son de una música,
y enjugan alguna lágrima vertida de mis ojos.