De cómo destrozar una novela llevándola al cine



Fuimos al cine de verano a ver "Anna Karenina" (2012) movidos por la idea de ver una gran película y un buen dramón.






La película es del director Joe Wright conocido por su adaptación de la novela de Jane Austen "Orgullo y prejuicio" y de la que he comentado, en otra entrada de este blog, que me encantó. Creó una joya del cine contando la novela original.


La sesión empezaba a las 22.30.
Llegamos con tiempo y nos acomodamos en unos buenos sitios.
Aunque las sillas no son muy cómodas (de terraza) lo bueno que tiene ir a este tipo de cines es que disfrutas al aire libre de ver una película y además cenas de bocadillo con tu cervecita y tu heladito de postre, mientras la ves.
Y comenzó la película.
La historia está contada como si estuviera interpretada por actores en un escenario. Sin seguir un orden ni un concierto. No sabiendo por donde iba la trama.
La novela es una reflexión sobre el amor, la pasión, el honor, la fidelidad, la hipocresía social y la fe religiosa. Sin embargo la película es un aburrido y extraño drama que llama la atención más por sus decorados y sus movimientos de cámara que por su argumento.
Los personajes ni los identificas ni te los crees, sobre todo el personaje del conde Vronsky al que le encontré un tanto afeminado y para mi gusto yogurín.
Total,  no duramos más de 45 minutos de proyección.
Menuda decepción.

Sólo te alegras de que la cosa no te ha costado un ojo de la cara como cuesta normalmente ir al cine pues al ser cine de verano nos costó sólo 3 euros por persona.
En mi opinión la mejor adaptación que he visto de esta novela fue la versión de 1997 del director Bernard Rose y con la participación de Sophie Marceau y Sean Bean en los personales protagonistas


Vídeo con la música de Clint Mansell (Requiem for a dream)